Que es costo sumergido en ingenieria economica

El rol de los costos en la toma de decisiones económicas

En el campo de la ingeniería económica, uno de los conceptos clave que ayuda a tomar decisiones más informadas es el de los costos asociados a los proyectos. Uno de estos es el costo sumergido, un término fundamental que puede influir en la evaluación de inversiones y decisiones técnicas. Este artículo profundiza en qué significa el costo sumergido, cómo se aplica y por qué es importante considerarlo en el análisis económico de proyectos.

¿Qué es el costo sumergido en ingeniería económica?

El costo sumergido, también conocido como costo hundido, es aquel que ya ha sido incurrido y no puede recuperarse, independientemente de las decisiones futuras. En ingeniería económica, este tipo de costo no debe ser tomado en cuenta al momento de evaluar opciones alternativas, ya que no afecta el resultado futuro de la decisión.

Por ejemplo, si una empresa invierte en una máquina que, con el tiempo, resulta ineficiente o obsoleta, el dinero gastado en su adquisición es un costo sumergido. Aunque continuar usando la máquina podría no ser la mejor opción, ese gasto no puede recuperarse y, por lo tanto, no debe influir en la toma de decisiones futuras.

Un dato interesante es que el concepto de costo sumergido fue popularizado por economistas como John Maynard Keynes, quien destacó la importancia de no dejarse guiar por inversiones pasadas al momento de planificar estrategias futuras. Este enfoque se ha integrado en la ingeniería económica como una herramienta para evitar decisiones sesgadas.

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El rol de los costos en la toma de decisiones económicas

En ingeniería económica, los costos son una variable central en la evaluación de proyectos y en la toma de decisiones. Sin embargo, no todos los costos son igual de relevantes. Mientras que los costos futuros, como los de operación, mantenimiento o inversión, son clave en el análisis, los costos sumergidos suelen ser irrelevantes para el proceso de toma de decisiones.

Esto se debe a que los costos sumergidos son irreversibles y no pueden ser modificados por la decisión que se elija. Por ejemplo, si una empresa ya ha pagado una licencia de software que ahora no se usa, ese gasto no debe ser considerado al decidir si se mantiene o no la herramienta. Lo relevante es el costo de usar o no usar el software en el futuro, no el costo del pasado.

El enfoque en costos futuros es fundamental para evitar el efecto de compromiso, un fenómeno psicológico donde se persiste en una decisión no óptima simplemente porque se ha invertido mucho en ella. La ingeniería económica enseña a evitar este sesgo mediante el análisis objetivo de costos relevantes.

Costos relevantes vs. costos irrelevantes

Es esencial diferenciar entre costos relevantes e irrelevantes en el análisis económico. Los costos relevantes son aquellos que cambian según la decisión que se tome, como los costos futuros de operación, mantenimiento o inversión. En cambio, los costos irrelevantes, como los sumergidos, no varían con la decisión y, por lo tanto, no deben considerarse.

Por ejemplo, si una empresa está evaluando si debe remplazar un equipo viejo con uno nuevo, el costo del equipo viejo (ya adquirido) es un costo sumergido. No importa si se mantiene o se reemplaza, ese dinero no se recupera. Lo que sí importa es el costo del nuevo equipo, los ahorros en mantenimiento o la mejora en productividad que se espera.

En resumen, identificar correctamente cuáles son los costos relevantes y cuáles son irrelevantes es clave para tomar decisiones económicas racionales y optimizar el uso de los recursos.

Ejemplos prácticos de costos sumergidos

Un ejemplo clásico de costo sumergido es cuando una empresa invierte en una fábrica que, con el tiempo, queda obsoleta. El dinero invertido en la construcción y equipamiento de la fábrica ya no puede recuperarse. Si la empresa considera cerrar la fábrica y trasladar su producción a un lugar más eficiente, el costo de la fábrica original no debe influir en la decisión. Lo relevante es el costo de operar en el nuevo lugar versus el costo de mantener la fábrica actual.

Otro ejemplo es el de un ingeniero que ha invertido tiempo y recursos en un diseño que, tras una revisión, resulta no viable. El tiempo y dinero ya invertidos son costos sumergidos. Si el ingeniero decide abandonar el proyecto, no debe hacerlo por miedo a perder lo invertido, sino por la evaluación de si el proyecto tiene futuro.

Estos ejemplos muestran cómo los costos sumergidos pueden llevar a decisiones sesgadas si no se identifican correctamente. En ingeniería económica, el enfoque está en lo que se gasta o ahorra en el futuro, no en lo que ya no se puede recuperar.

El concepto de costo de oportunidad y su relación con el costo sumergido

En ingeniería económica, el costo de oportunidad es el valor de la mejor alternativa rechazada al tomar una decisión. Este concepto está estrechamente relacionado con el de costo sumergido, ya que ambos ayudan a evaluar las decisiones desde una perspectiva futura.

Mientras que el costo sumergido es un costo pasado e irrelevante, el costo de oportunidad es un costo futuro que se considera al elegir una opción sobre otra. Por ejemplo, si una empresa decide invertir en un nuevo proyecto, el costo de oportunidad sería el retorno que podría haber obtenido al invertir en una alternativa diferente.

Un ejemplo práctico es el de un ingeniero que decide estudiar una maestría en lugar de aceptar un trabajo. El costo sumergido sería el dinero ya invertido en la licenciatura, mientras que el costo de oportunidad sería el salario que dejaría de ganar durante el tiempo que estudia.

Lista de costos sumergidos en proyectos de ingeniería

A continuación, se presenta una lista de ejemplos de costos sumergidos que pueden encontrarse comúnmente en proyectos de ingeniería:

  • Inversión en equipos obsoletos: Dinero gastado en maquinaria que ya no se usa.
  • Costos de investigación y desarrollo no reutilizables: Proyectos experimentales que no dieron resultados viables.
  • Adquisición de terrenos no utilizados: Terrenos comprados que no se desarrollan.
  • Inversión en formación de personal que abandonó la empresa: Capacitación pagada a empleados que ya no están.
  • Costos de marketing para productos retirados: Dinero invertido en promoción de un producto que fue cancelado.

Estos costos no deben ser considerados al momento de decidir si continuar o no con un proyecto. Lo relevante es el costo futuro de las alternativas que se elijan.

Diferencias entre costos hundidos y costos relevantes

Una de las confusiones más comunes en ingeniería económica es la diferencia entre costos hundidos y costos relevantes. Los costos hundidos, como ya se ha mencionado, son aquellos que no pueden recuperarse y no deben influir en la toma de decisiones futuras.

Por otro lado, los costos relevantes son aquellos que varían según la decisión que se tome. Estos incluyen costos futuros como los de operación, mantenimiento, inversión o ganancias esperadas. Por ejemplo, si una empresa está considerando si continuar con un proyecto o no, los costos relevantes serían los que se generen a partir de la decisión tomada.

En ingeniería económica, es fundamental entrenar a los profesionales para identificar correctamente qué costos son relevantes y cuáles no. Esto permite tomar decisiones más objetivas y evitar caer en trampas psicológicas como el efecto de compromiso, donde se mantiene una decisión no óptima simplemente porque se ha invertido mucho en ella.

¿Para qué sirve considerar el costo sumergido en ingeniería económica?

Considerar el costo sumergido es fundamental en ingeniería económica para tomar decisiones racionales y no sesgadas. Aunque estos costos ya no pueden recuperarse, su identificación ayuda a los ingenieros y gerentes a enfocarse en lo que realmente importa: los costos futuros y las oportunidades de inversión.

Por ejemplo, si una empresa está evaluando si remplazar un equipo viejo con uno nuevo, es crucial no considerar el costo del equipo viejo, ya que no influye en la decisión. Lo que importa es el costo de adquirir el nuevo equipo, los ahorros en mantenimiento y la eficiencia que se obtendrá con la actualización.

Otro ejemplo es en proyectos de construcción, donde los costos de estudios previos, si ya se realizaron y no se usan, no deben considerarse al momento de decidir si continuar con el proyecto. Lo relevante es el costo de construir y operar el edificio, no los estudios que ya no aportan valor.

En resumen, considerar los costos sumergidos no implica ignorarlos, sino reconocer que no deben influir en las decisiones futuras. Esto permite una evaluación más objetiva y racional de las opciones disponibles.

Costos irreversibles y sus implicaciones en la toma de decisiones

Los costos irreversibles, como los sumergidos, tienen grandes implicaciones en la toma de decisiones económicas. Estos costos, una vez incurridos, no pueden ser recuperados, lo que los hace irrelevantes para evaluar alternativas futuras. Sin embargo, su existencia puede generar un sesgo psicológico que lleva a las personas a seguir invirtiendo en proyectos que ya no son viables, simplemente porque no quieren perder lo invertido.

Este fenómeno es conocido como el efecto de compromiso, y es una de las razones por las que la ingeniería económica enseña a los profesionales a ignorar los costos hundidos al momento de tomar decisiones. Por ejemplo, si una empresa está evaluando si cerrar una planta que ya no es rentable, no debe considerar el costo de construcción de la planta, sino el impacto financiero de cerrarla o mantenerla operativa.

En ingeniería económica, el enfoque se centra en lo que se gasta o ahorra en el futuro, no en lo que ya no se puede recuperar. Esto permite tomar decisiones más racionales y evitar caer en decisiones basadas en emociones o en gastos pasados irreversibles.

El impacto de los costos sumergidos en la evaluación de proyectos

En la evaluación de proyectos, los costos sumergidos pueden tener un impacto indirecto al influir en la percepción del riesgo o en la valoración de la inversión. Aunque estos costos no deben considerarse para la toma de decisiones, su existencia puede llevar a una evaluación sesgada si no se reconocen adecuadamente.

Por ejemplo, si un ingeniero está analizando si construir un nuevo puente, debe ignorar el costo de los estudios previos que ya se realizaron, ya que no son recuperables. Sin embargo, si esos estudios son útiles para el diseño del puente, su valor sí puede considerarse como un aporte al conocimiento del proyecto.

La clave es diferenciar entre costos que pueden usarse como información útil y aquellos que simplemente no deben considerarse. Esta distinción es fundamental para garantizar que las decisiones se tomen en base a datos relevantes y no a gastos pasados irreversibles.

El significado del costo sumergido en ingeniería económica

El costo sumergido en ingeniería económica es un concepto que se refiere a aquellos gastos que ya han sido realizados y no pueden recuperarse. Estos costos no deben considerarse al momento de evaluar alternativas futuras, ya que no influyen en el resultado de las decisiones que se tomen.

Un ejemplo práctico es el de una empresa que invierte en una tecnología que, con el tiempo, resulta obsoleta. El dinero invertido en la adquisición de esa tecnología es un costo sumergido. Si la empresa considera si continuar usando esa tecnología o remplazarla por una más moderna, no debe considerar el costo inicial, ya que ya no se puede recuperar.

El concepto de costo sumergido es fundamental en ingeniería económica porque ayuda a los profesionales a tomar decisiones basadas en información relevante. Al ignorar los costos irreversibles, se evita caer en decisiones sesgadas por gastos pasados y se enfoca en lo que realmente importa: el impacto financiero futuro de las alternativas disponibles.

¿Cuál es el origen del concepto de costo sumergido?

El concepto de costo sumergido tiene sus raíces en la economía clásica y fue popularizado por economistas como John Maynard Keynes en el siglo XX. En sus trabajos, Keynes destacó la importancia de no dejar que los gastos pasados influyan en las decisiones futuras, ya que no pueden recuperarse.

Este enfoque fue adoptado posteriormente por la ingeniería económica como una herramienta para tomar decisiones más objetivas. A lo largo del tiempo, el concepto ha evolucionado y ha sido integrado en metodologías como el análisis de costos beneficios y la evaluación de proyectos.

Hoy en día, el costo sumergido es considerado uno de los conceptos más importantes en ingeniería económica, ya que permite a los profesionales evitar decisiones sesgadas y enfocarse en lo que realmente afecta el futuro de los proyectos.

Costos no recuperables y sus implicaciones en la ingeniería

Los costos no recuperables, como los sumergidos, tienen importantes implicaciones en la ingeniería, especialmente en proyectos de gran envergadura. Estos costos, una vez incurridos, no deben ser considerados al momento de evaluar alternativas futuras, ya que no influyen en el resultado de las decisiones que se tomen.

Por ejemplo, en un proyecto de infraestructura, los costos de estudios de viabilidad, si ya se realizaron y no se usan, no deben considerarse al momento de decidir si continuar con el proyecto. Lo relevante es el costo de construcción y operación, no lo invertido en estudios previos.

En ingeniería, la clave es identificar cuáles son los costos relevantes y cuáles no. Esto permite tomar decisiones más racionales y evitar caer en decisiones basadas en gastos pasados irreversibles. El enfoque en costos futuros es fundamental para garantizar que los recursos se usen de manera eficiente.

¿Cómo identificar un costo sumergido en un proyecto?

Identificar un costo sumergido en un proyecto es fundamental para tomar decisiones económicas racionales. Para hacerlo, se debe preguntar: ¿Este costo ya ha sido incurrido y no puede recuperarse? Si la respuesta es afirmativa, entonces se trata de un costo sumergido.

Un ejemplo es el costo de una licencia de software que ya se ha pagado. Si el software ya no se usa, ese costo no debe considerarse al momento de decidir si se mantiene o se elimina el software. Lo relevante es el costo de usar o no usar el software en el futuro.

Otro ejemplo es el costo de formación de personal que abandonó la empresa. Si un ingeniero fue capacitado para un proyecto específico y luego dejó la compañía, el costo de su formación es un costo sumergido. No debe considerarse al momento de decidir si continuar con el proyecto o no.

En resumen, para identificar un costo sumergido, se debe evaluar si es pasado, irreversiblemente incurrido y si no afecta las decisiones futuras. Solo entonces se puede considerar como un costo irrelevante en el análisis económico.

Cómo usar el concepto de costo sumergido en ingeniería económica

El uso correcto del concepto de costo sumergido en ingeniería económica implica identificar aquellos costos que ya han sido incurridos y no pueden recuperarse, y excluirlos del análisis de decisiones futuras. Esto permite tomar decisiones más objetivas y basadas en información relevante.

Por ejemplo, si una empresa está considerando si continuar operando una fábrica que ya no es rentable, debe ignorar el costo de construcción de la fábrica, ya que es un costo sumergido. Lo relevante es el costo de operar la fábrica versus el costo de cerrarla y trasladar la producción a otro lugar.

Un ejemplo práctico es el de un ingeniero que está evaluando si remplazar un equipo viejo con uno nuevo. El costo del equipo viejo ya no debe considerarse, ya que es un costo sumergido. Lo que importa es el costo del nuevo equipo, los ahorros en mantenimiento y la mejora en eficiencia que se espera.

En ingeniería económica, el uso del costo sumergido es una herramienta fundamental para evitar decisiones sesgadas y garantizar que los recursos se usen de manera eficiente.

Errores comunes al manejar costos sumergidos

Uno de los errores más comunes al manejar costos sumergidos es considerarlos en la toma de decisiones futuras. Esto puede llevar a decisiones sesgadas y no óptimas. Por ejemplo, una empresa puede seguir invirtiendo en un proyecto que no es rentable simplemente porque ya ha invertido mucho en él, sin considerar que esos gastos ya no pueden recuperarse.

Otro error es confundir costos sumergidos con costos relevantes. Esto puede llevar a evaluar proyectos con información incorrecta y tomar decisiones que no son racionales desde el punto de vista económico.

Además, algunos profesionales caen en el efecto de compromiso, donde persisten en una decisión no óptima simplemente por miedo a perder lo invertido. Este fenómeno psicológico puede llevar a decisiones subóptimas y a una mala asignación de recursos.

Evitar estos errores requiere un buen entrenamiento en ingeniería económica y una clara comprensión del concepto de costo sumergido. Solo así se pueden tomar decisiones más racionales y basadas en datos relevantes.

Consideraciones finales sobre el costo sumergido

En ingeniería económica, el costo sumergido es un concepto esencial que permite tomar decisiones más objetivas y basadas en información relevante. Al identificar correctamente cuáles son los costos irreversibles, los profesionales pueden evitar caer en decisiones sesgadas por gastos pasados y enfocarse en lo que realmente afecta el futuro del proyecto.

El uso correcto del costo sumergido no solo mejora la toma de decisiones, sino que también ayuda a optimizar el uso de los recursos y a evitar inversiones no rentables. Además, permite a los ingenieros y gerentes evitar el efecto de compromiso, donde se persiste en una decisión no óptima simplemente por miedo a perder lo invertido.

En conclusión, el costo sumergido es una herramienta fundamental en la ingeniería económica que, cuando se usa correctamente, permite tomar decisiones más racionales y basadas en datos objetivos. Su comprensión es esencial para cualquier profesional que desee manejar proyectos con éxito.