El derecho de veto es una herramienta de enorme relevancia en el ámbito internacional, especialmente dentro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Este mecanismo permite a ciertos países ejercer influencia decisiva en la toma de decisiones, especialmente en asuntos de seguridad internacional. En este artículo exploraremos a fondo qué significa el derecho de veto, su historia, sus implicaciones y ejemplos reales de su uso.
¿Qué es el derecho de veto en la ONU?
El derecho de veto es un poder exclusivo otorgado a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China. Este derecho les permite bloquear cualquier resolución que sea propuesta en ese órgano, incluso si el resto de los miembros la apoya. Es decir, una sola negativa por parte de uno de estos países es suficiente para que una resolución no se apruebe.
Este mecanismo fue diseñado con el objetivo de garantizar que las decisiones cruciales sobre la paz y la seguridad mundial fueran respaldadas por las naciones con mayor capacidad militar y responsabilidad histórica en la administración de la seguridad global. Sin embargo, también ha sido objeto de críticas por concentrar demasiado poder en manos de unos pocos países.
El derecho de veto ha sido utilizado en múltiples ocasiones para evitar intervenciones militares, sanciones o resoluciones que no coincidían con los intereses de los países con ese poder. Un ejemplo notable es el caso de la intervención en Libia en 2011, donde Rusia y China vetaron una resolución que autorizaba el uso de la fuerza, a pesar del apoyo de la mayoría de los miembros.
El poder detrás de la mesa: cómo funciona el Consejo de Seguridad
El Consejo de Seguridad es el órgano principal de la ONU encargado de mantener la paz y la seguridad internacionales. Está compuesto por 15 miembros: los cinco mencionados anteriormente y otros diez elegidos por la Asamblea General por períodos de dos años. Cada uno tiene un voto, pero solamente los cinco permanentes pueden ejercer el derecho de veto.
Las decisiones del Consejo de Seguridad requieren nueve votos a favor y no deben ser vetadas por ninguno de los cinco miembros permanentes. Esto significa que, aunque la mayoría esté a favor, una sola negativa puede paralizar cualquier iniciativa. Esta estructura refleja un equilibrio de poder post-1945, diseñado para evitar conflictos entre las principales potencias que salieron victoriosas de la Segunda Guerra Mundial.
En la práctica, el Consejo de Seguridad a menudo se ve bloqueado por desacuerdos entre los cinco miembros permanentes, lo que limita su capacidad para actuar en situaciones urgentes. Este problema ha llevado a debates sobre la necesidad de reformar el Consejo y limitar el uso del veto, especialmente en casos de crímenes de guerra o genocidio.
El derecho de veto y el principio de no intervención
Una de las implicaciones más controversiales del derecho de veto es su uso para proteger a gobiernos que violan derechos humanos o cometen crímenes de guerra. Por ejemplo, Rusia ha utilizado repetidamente el veto para bloquear resoluciones sobre Siria, donde se han producido miles de muertes civiles. China, por su parte, ha vetado resoluciones sobre Taiwán para mantener su política de una sola China.
Este mecanismo, aunque diseñado para evitar conflictos entre las potencias, a menudo se convierte en un obstáculo para la justicia internacional. Críticos argumentan que el derecho de veto permite que ciertos países se salgan con la suya al violar principios fundamentales de la ONU, como el derecho a la vida, la no intervención y la protección de la población civil.
Ejemplos históricos del uso del derecho de veto
El derecho de veto ha tenido un impacto significativo en la historia reciente. A continuación, se presentan algunos de los casos más destacados:
- Intervención en Libia (2011): Rusia y China vetaron una resolución que autorizaba el uso de la fuerza para proteger a la población civil.
- Guerra en Siria: Rusia ha utilizado el veto en múltiples ocasiones para bloquear resoluciones que condenan los ataques químicos y la violencia contra civiles.
- Corea del Norte: China ha vetado resoluciones que proponen sanciones más duras contra Corea del Norte por su programa nuclear.
- Irán: Estados Unidos ha vetado varias resoluciones relacionadas con el programa nuclear de Irán, especialmente durante el gobierno de Obama.
Estos ejemplos muestran cómo el derecho de veto puede ser utilizado no solo para proteger intereses nacionales, sino también para obstaculizar la acción colectiva en asuntos de alta relevancia global.
El derecho de veto y el equilibrio de poder internacional
El derecho de veto es un símbolo del equilibrio de poder internacional, pero también una herramienta que refleja las desigualdades en la estructura de la ONU. En la actualidad, los cinco miembros permanentes representan a una minoría de los países miembros, lo que ha llevado a reclamos de democratización del Consejo de Seguridad.
Algunos expertos proponen limitar el uso del veto en casos de crímenes de guerra, genocidio o violaciones graves de los derechos humanos. Esta propuesta ha ganado apoyo en la comunidad internacional, especialmente desde la iniciativa Coalición por un Veto Responsable, liderada por varios países europeos y latinoamericanos.
Otra propuesta es la reforma del Consejo de Seguridad para incluir nuevos miembros permanentes, como Alemania, Japón, India y Pakistán, lo que podría redistribuir el poder y reducir la influencia de los cinco actuales.
Los cinco países con derecho de veto en la ONU
Los cinco países con derecho de veto son:
- Estados Unidos: Líder mundial en defensa y economía, Estados Unidos ha utilizado el veto en múltiples ocasiones para bloquear resoluciones que no coincidían con su política exterior.
- Reino Unido: Ha utilizado el veto con menor frecuencia, pero siempre en alineación con las posiciones de Estados Unidos.
- Francia: Francia ha ejercido el veto en casos relacionados con el Medio Oriente y el conflicto en Siria.
- Rusia: Rusia ha sido uno de los mayores usuarios del veto, especialmente en asuntos relacionados con Siria y Ucrania.
- China: China ha utilizado el veto para defender a Corea del Norte, Siria y Taiwán, entre otros casos.
Cada uno de estos países tiene intereses geopolíticos distintos, lo que complica la toma de decisiones en el Consejo de Seguridad.
El derecho de veto y su impacto en la gobernanza global
El derecho de veto tiene un impacto profundo en la gobernanza global, ya que limita la capacidad de la ONU para actuar de manera decisiva en situaciones críticas. Por ejemplo, en conflictos donde la violencia afecta a la población civil, el veto puede paralizar la acción internacional, lo que lleva a críticas por inacción o ineficacia.
Además, el veto también afecta la legitimidad de la ONU. Cuando los cinco miembros permanentes actúan en contra de resoluciones respaldadas por la mayoría, se genera una percepción de que la organización está controlada por una élite de naciones, en lugar de representar a todos los miembros.
Este poder desmesurado también puede llevar a una situación de inseguridad, donde los países no miembros sienten que sus intereses no son considerados en la toma de decisiones. Esto ha llevado a llamados por una reforma urgente del Consejo de Seguridad.
¿Para qué sirve el derecho de veto en la ONU?
El derecho de veto tiene como propósito principal garantizar que las decisiones del Consejo de Seguridad sean aceptables para las naciones con mayor capacidad militar y responsabilidad histórica en la paz mundial. Su uso se justifica en el marco de la soberanía nacional y la no intervención, dos principios fundamentales del derecho internacional.
Sin embargo, en la práctica, el derecho de veto se ha utilizado no solo para proteger intereses nacionales, sino también para evitar que se actúe contra gobiernos que violan derechos humanos o cometen crímenes de guerra. Esto plantea dilemas éticos y legales sobre el equilibrio entre el respeto a la soberanía y la protección de los derechos humanos.
En resumen, el derecho de veto sirve como una herramienta de poder, pero también como un obstáculo para la acción colectiva en asuntos de alta relevancia global.
Poder exclusivo: el derecho de veto y su impacto en la diplomacia
El derecho de veto no solo es un mecanismo legal, sino también un símbolo de poder diplomático. Los cinco miembros permanentes utilizan este derecho para influir en la agenda internacional, proteger a sus aliados y promover sus intereses geopolíticos.
Este poder exclusivo ha generado tensiones entre los miembros no permanentes y los cinco con derecho de veto. Países como Brasil, India y Sudáfrica han liderado movimientos para reformar el Consejo de Seguridad y limitar el uso del veto, especialmente en asuntos relacionados con derechos humanos y justicia internacional.
En la diplomacia, el derecho de veto también tiene un efecto disuasivo. Otros miembros suelen evitar proponer resoluciones que puedan enfrentar a los cinco permanentes, lo que limita la capacidad del Consejo para actuar en forma proactiva.
El derecho de veto y el futuro de la ONU
En un mundo multipolar, donde los equilibrios de poder están cambiando, el derecho de veto se ha convertido en un tema de debate central. Países emergentes, como India y Brasil, exigen una reforma que refleje mejor la realidad geopolítica actual.
Además, el derecho de veto se enfrenta a desafíos éticos, especialmente en casos donde su uso ha permitido la inacción frente a conflictos humanitarios. La comunidad internacional ha expresado su preocupación sobre el uso del veto en Siria, donde se han producido miles de muertes civiles.
En el futuro, el derecho de veto podría ser limitado o incluso eliminado, especialmente si se consigue un consenso entre los cinco miembros permanentes. Sin embargo, esto parece difícil de lograr mientras cada uno mantenga sus intereses nacionales por encima del bien común.
¿Qué significa el derecho de veto en el contexto internacional?
El derecho de veto es un mecanismo que refleja el poder desigual en la organización internacional. Aunque fue diseñado para evitar conflictos entre las potencias principales, en la práctica ha generado nuevas tensiones y desequilibrios.
Este derecho también tiene implicaciones en el derecho internacional, especialmente en lo que respecta a la protección de los derechos humanos y la responsabilidad de proteger a la población civil. Cuando se ejerce el veto en casos de genocidio o crímenes de guerra, se cuestiona la legitimidad del Consejo de Seguridad.
El derecho de veto también afecta la percepción de la ONU como organización imparcial. Cuando una resolución es vetada, se genera la impresión de que la decisión final depende más de los intereses nacionales que de principios universales.
¿De dónde proviene el derecho de veto?
El derecho de veto tiene sus raíces en la fundación de la ONU, en 1945, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad fueron elegidos por su papel fundamental en la victoria contra el eje aliado.
Este mecanismo se estableció en la Carta de las Naciones Unidas, específicamente en el Artículo 27, que establece que los miembros permanentes tienen derecho a voto y pueden vetar cualquier resolución. El objetivo era evitar que decisiones críticas sobre la paz y la seguridad fueran tomadas sin el consentimiento de las naciones más poderosas.
Este diseño reflejaba la realidad geopolítica de la época, pero no ha sido actualizado para reflejar los cambios en el equilibrio de poder internacional. Como resultado, el derecho de veto se ha convertido en un tema de reforma constante.
El derecho de veto y el principio de no intervención
El derecho de veto está estrechamente relacionado con el principio de no intervención, un pilar del derecho internacional. Este principio establece que los estados no deben intervenir en los asuntos internos de otros países, salvo en casos extremos.
El veto se utiliza con frecuencia para bloquear resoluciones que implican intervención militar o sanciones, especialmente cuando afectan a gobiernos aliados. Esto refleja una contradicción: por un lado, la ONU se compromete a proteger a la población civil, pero por otro lado, su estructura permite que ciertos países se salgan con la suya al violar los derechos humanos.
Esta tensión entre el derecho de veto y el principio de no intervención ha sido el centro de muchos debates en la comunidad internacional, especialmente en casos como Siria y Corea del Norte.
¿Por qué se mantiene el derecho de veto?
El derecho de veto se mantiene fundamentalmente porque los cinco miembros permanentes no están dispuestos a ceder su poder. Cada uno de ellos se niega a reformar el Consejo de Seguridad mientras los demás no acepten cambios similares.
Además, existe un fuerte enredo de intereses geopolíticos. Cualquier reforma que afecte a uno de los cinco podría considerarse una amenaza a su soberanía o seguridad nacional. Por ejemplo, Estados Unidos se oponerá a cualquier reforma que limite su poder, mientras que Rusia y China harán lo mismo por sus respectivos intereses.
Por último, el derecho de veto también se mantiene por inercia institucional. La ONU ha funcionado con este mecanismo durante más de siete décadas, y aunque ha generado críticas, no ha habido un consenso claro para eliminarlo o limitarlo.
¿Cómo se usa el derecho de veto y ejemplos de su aplicación?
El derecho de veto se ejerce cuando un miembro permanente del Consejo de Seguridad vota en contra de una resolución. Una sola negativa es suficiente para bloquearla, incluso si los otros 14 miembros la apoyan.
Por ejemplo, en 2017, Rusia vetó una resolución que condenaba los ataques químicos en Siria. En 2022, China vetó una resolución sobre Ucrania que condenaba la invasión rusa. En ambos casos, la negativa de un solo país impidió que el Consejo actuara.
Otro ejemplo es el veto de Estados Unidos en 2005, cuando bloqueó una resolución que apoyaba la creación de un tribunal internacional para juzgar a los responsables del genocidio en Ruanda. Aunque la resolución contó con el apoyo de la mayoría, el veto de Estados Unidos impidió su aprobación.
El derecho de veto y la legitimidad de la ONU
La legitimidad de la ONU se cuestiona constantemente debido al uso del derecho de veto. Cuando un país con poder vetador bloquea una resolución respaldada por la mayoría, se genera la impresión de que la ONU no representa a todos sus miembros, sino solamente a los cinco permanentes.
Este desequilibrio afecta la credibilidad de la organización, especialmente en asuntos donde se espera una respuesta rápida y unánime. Además, cuando se utiliza el veto para proteger a gobiernos que violan derechos humanos, se cuestiona el compromiso de la ONU con los valores universales.
La falta de representación también es un problema. Los cinco miembros permanentes representan a una minoría de los 193 países miembros de la ONU. Esta desigualdad ha llevado a llamados por reformas que incluyan más miembros permanentes y limiten el poder de los actuales.
El futuro del derecho de veto y propuestas de reforma
A pesar de las críticas, el derecho de veto sigue siendo un mecanismo central en el Consejo de Seguridad. Sin embargo, hay varias propuestas para reformarlo o limitarlo:
- Limitar el uso del veto en casos de genocidio o crímenes de guerra.
- Incluir nuevos miembros permanentes para distribuir el poder.
- Establecer un mecanismo de revisión periódica del derecho de veto.
- Crear un sistema de voto alternativo que reduzca la influencia de los cinco miembros permanentes.
Estas reformas enfrentan resistencia por parte de los cinco miembros permanentes, quienes no están dispuestos a ceder su poder. Sin embargo, la creciente presión de la comunidad internacional podría impulsar cambios en el futuro.
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