Una salida arbotante es un tipo de estructura vegetal que se desarrolla de manera horizontal y se extiende a lo largo del suelo o de otro soporte. Este tipo de crecimiento es común en ciertas especies de plantas que buscan aprovechar al máximo la luz solar y el espacio disponible. A lo largo de este artículo, exploraremos con detalle qué implica este término, cómo se clasifica, sus usos en jardinería y paisajismo, y ejemplos prácticos de plantas que lo representan.
¿Qué significa que una planta tiene un crecimiento arbotante?
Una planta con crecimiento arbotante se caracteriza por desarrollar tallos o ramos que crecen horizontalmente y se extienden por el suelo o por otro soporte. Este tipo de crecimiento puede ser tanto a nivel del suelo como por encima de él, dependiendo de la especie. Las salidas arbotantes suelen ser una forma de adaptación para maximizar la exposición a la luz solar y para propagarse vegetativamente, lo cual es una estrategia común en plantas como el pasto o algunas especies de matorrales.
Un dato interesante es que este tipo de crecimiento se ha utilizado desde la antigüedad en la agricultura y la jardinería. En culturas como las mesopotámicas, se empleaban técnicas de siembra que aprovechaban el crecimiento arbotante de ciertas gramíneas para cubrir el suelo y prevenir la erosión. Hoy en día, este concepto sigue siendo relevante en el diseño de jardines y paisajes sostenibles.
El crecimiento horizontal como estrategia de supervivencia vegetal
El crecimiento arbotante no es solo una característica estética, sino también una forma de adaptación ecológica. Las plantas con este tipo de desarrollo pueden colonizar nuevas áreas de manera más eficiente que aquellas con crecimiento vertical. Al extenderse horizontalmente, estas especies pueden establecer raíces en puntos lejos del punto de origen, lo que les permite sobrevivir en condiciones adversas como sequías o cambios de temperatura.
Además, el crecimiento arbotante es común en plantas que habitan en zonas con suelos frágiles o con escasa profundidad, donde el crecimiento vertical no es viable. Este tipo de desarrollo también permite a las plantas evitar competencia con otras especies que buscan la misma luz solar, al aprovechar espacios horizontales que otras no pueden ocupar. Por estas razones, muchas plantas invasoras utilizan este tipo de estrategia para expandirse rápidamente.
Características distintivas de las salidas arbotantes
Una de las características más notables de las salidas arbotantes es su capacidad para generar nuevas plantas a partir de los nudos de los tallos. Estos nudos pueden desarrollar raíces y formar individuos independientes, lo que facilita la propagación vegetativa. Este proceso, conocido como estolón o rizoma, es fundamental para la reproducción asexual en muchas especies.
Otra característica es que las salidas arbotantes suelen ser más resistentes a la poda y al pisoteo que otras formas de crecimiento. Esto las hace ideales para usos como cubiertas vegetales en áreas públicas o jardines. Además, su estructura permite un mejor control del suelo, ayudando a prevenir la erosión y a mantener la humedad del terreno.
Ejemplos de plantas con crecimiento arbotante
Existen muchas especies de plantas que presentan un crecimiento arbotante. Algunos ejemplos destacados incluyen:
- Pastos como el césped inglés (Poa annua): Conocido por su capacidad para extenderse rápidamente y formar una cubierta densa.
- La yerba mate (Ilex paraguariensis): En algunas condiciones, esta planta puede desarrollar ramas horizontales que se extienden por el suelo.
- La hierba de la pradera (Poa pratensis): Muy común en jardines y campos, se extiende a través de rizomas subterráneos.
- El sunchillo (Paspalum dilatatum): Conocido por su resistencia y capacidad de cubrir grandes áreas.
Estas plantas son ideales para zonas donde se requiere un suelo cubierto, ya sea para estética, control de erosión o como pasto para animales.
El concepto de estolón y rizoma en el crecimiento arbotante
El crecimiento arbotante puede clasificarse según el tipo de estructura que utiliza la planta para extenderse. Dos de los términos más comunes en este contexto son estolón y rizoma. Los estolones son tallos horizontales que crecen por encima del suelo y pueden desarrollar raíces en sus nudos, formando nuevas plantas. Por otro lado, los rizomas son estructuras subterráneas que también permiten la propagación vegetativa.
Ambos tipos de estructuras cumplen funciones similares: permitir la expansión de la planta y la formación de nuevas individuos. Sin embargo, el lugar donde se desarrollan es diferente. Los estolones son visibles y pueden ser observados fácilmente, mientras que los rizomas crecen bajo tierra y requieren excavación para identificarlos. Este proceso es fundamental para la propagación de muchas especies vegetales y es una herramienta clave en la jardinería y la agricultura.
Las 10 plantas más comunes con crecimiento arbotante
A continuación, se presenta una lista de diez plantas que son conocidas por su crecimiento arbotante:
- Pasto inglés (Poa annua)
- Pasto de pradera (Poa pratensis)
- Pasto de Kentucky (Poa arachnifera)
- Sunchillo (Paspalum dilatatum)
- Hierba de la sierra (Festuca rubra)
- Pasto bermuda (Cynodon dactylon)
- Pasto centella (Cynodon dactylon)
- Pasto zacate (Stenotaphrum secundatum)
- Pasto galleta (Bouteloua curtipendula)
- Pasto rayado (Digitaria sanguinalis)
Cada una de estas especies tiene características específicas que las hacen adecuadas para diferentes tipos de suelos, climas y usos. Algunas son ideales para jardines residenciales, mientras que otras son más resistentes y se usan en pastos ganaderos o para estabilización de suelos.
Ventajas del crecimiento arbotante en el paisaje
El crecimiento arbotante ofrece múltiples ventajas en el diseño de paisajes y jardinería. Una de las principales es la capacidad de cubrir grandes áreas con una capa densa de vegetación, lo que ayuda a prevenir la erosión del suelo y a mantener su humedad. Además, este tipo de crecimiento reduce la necesidad de riego constante, ya que las raíces extensas pueden absorber agua de manera más eficiente.
Otra ventaja es que las plantas con crecimiento arbotante suelen ser más resistentes a la pisoteo y al tráfico ligero, lo que las hace ideales para áreas como senderos, parques infantiles y jardines públicos. También, su capacidad de propagación vegetativa permite un rápido establecimiento, lo que es útil en proyectos de recuperación de suelos o en áreas con vegetación destruida.
¿Para qué sirve tener plantas con crecimiento arbotante?
Las plantas con crecimiento arbotante son muy útiles en diversos contextos. En jardinería, se utilizan para crear áreas verdes continuas y estéticas, ya que su capacidad de extensión garantiza una cubierta uniforme. En la agricultura, son empleadas como forraje para ganado, ya que su desarrollo horizontal permite un acceso más fácil y abundante.
También, estas plantas son muy valoradas en proyectos de conservación del suelo, ya que su extensa red de raíces ayuda a evitar la erosión. Además, en climas cálidos, ciertas especies de plantas arbotantes actúan como sombra natural, regulando la temperatura del suelo y protegiendo otras plantas más sensibles. Por último, su propagación vegetativa las hace ideales para la siembra en grandes extensiones, ya que no se requiere de semillas ni de trasplantes complicados.
Variantes del crecimiento arbotante y su clasificación
El crecimiento arbotante puede clasificarse según el tipo de estructura que utiliza la planta para extenderse. Las dos formas más comunes son los estolones y los rizomas. Los estolones son tallos horizontales que crecen por encima del suelo y desarrollan nuevas plantas a partir de sus nudos. Por otro lado, los rizomas son estructuras subterráneas que cumplen una función similar, pero bajo tierra.
Además, existen plantas que combinan ambos tipos de propagación. Por ejemplo, algunas gramíneas pueden desarrollar estolones a nivel del suelo y rizomas bajo tierra, lo que les permite expandirse de manera más eficiente. Otro tipo de clasificación se basa en la velocidad de crecimiento: algunas especies son más rápidas y agresivas, mientras que otras son más lentas y controladas, lo cual es importante a la hora de elegir la planta adecuada para un paisaje determinado.
El rol ecológico del crecimiento arbotante
El crecimiento arbotante desempeña un papel fundamental en los ecosistemas, tanto en ambientes naturales como modificados por el hombre. En ecosistemas naturales, las plantas con este tipo de desarrollo ayudan a estabilizar el suelo, prevenir la erosión y proporcionar hábitat para pequeños animales y insectos. En ecosistemas urbanos, son clave para la creación de áreas verdes sostenibles, ya que su capacidad de cubrir el suelo reduce la necesidad de mantenimiento y de riego.
También, en regiones con suelos frágiles o con alta exposición a la lluvia, el crecimiento arbotante permite la formación de redes de raíces que mantienen la cohesión del terreno. Esto es especialmente útil en zonas propensas a deslizamientos o inundaciones. Por otro lado, en paisajes agrícolas, ciertas especies con crecimiento arbotante se utilizan como plantas de cobertura para mejorar la fertilidad del suelo y prevenir la pérdida de nutrientes.
Significado de la palabra arbotante en botánica
La palabra arbotante proviene del latín *arbor*, que significa árbol, y se utiliza en botánica para describir un tipo de crecimiento vegetal que imita, en cierta medida, la estructura de los árboles, aunque no necesariamente forman un tronco o copa. En el contexto de las plantas que presentan un crecimiento horizontal, el término se usa para describir tallos o ramos que se extienden a lo largo del suelo o de un soporte, buscando luz y espacio para desarrollarse.
Este tipo de crecimiento no solo es una característica morfológica, sino también una estrategia de supervivencia. Las plantas arbotantes pueden formar redes extensas de raíces y ramas que les permiten sobrevivir en condiciones adversas. Además, su capacidad de propagación vegetativa les da una ventaja competitiva frente a otras especies, especialmente en ambientes donde la luz solar es limitada o donde el suelo es poco fértil.
¿Cuál es el origen del término arbotante?
El término arbotante tiene sus raíces en el latín *arbor*, que significa árbol, y se utilizó históricamente para describir plantas que, aunque no eran árboles, presentaban algún tipo de estructura ramificada. Con el tiempo, el término evolucionó y se aplicó a plantas que crecían de manera horizontal, imitando en cierta forma la estructura de los árboles pero sin formar un tronco o copa claramente definidos.
En el siglo XIX, botánicos como Alphonse Pyrame de Candolle comenzaron a clasificar formalmente los tipos de crecimiento vegetal, incluyendo el arbotante como una categoría específica. Desde entonces, el término se ha utilizado de manera más precisa en el campo de la botánica para describir plantas que presentan tallos horizontales y una estrategia de propagación vegetativa. Esta clasificación ha permitido a los científicos entender mejor las adaptaciones de las plantas a sus entornos.
Sinónimos y variantes del crecimiento arbotante
Existen varios términos que se usan de manera intercambiable con crecimiento arbotante, dependiendo del contexto y la región. Algunos de estos incluyen:
- Estolón: tallo horizontal que crece por encima del suelo.
- Rizoma: estructura subterránea similar a los estolones.
- Ramificación horizontal: forma de crecimiento que imita una red de ramas.
- Creación de matas: cuando la planta se extiende formando grupos de individuos unidos.
Estos términos, aunque similares, tienen matices que los diferencian. Por ejemplo, los estolones son visibles y pueden desarrollar raíces en sus nudos, mientras que los rizomas crecen bajo tierra y también permiten la propagación vegetativa. Conocer estos términos es útil para entender mejor el crecimiento de las plantas y para elegir las especies adecuadas según el uso que se le quiera dar al espacio vegetal.
¿Cómo identificar una planta con crecimiento arbotante?
Para identificar una planta con crecimiento arbotante, es importante observar ciertos rasgos morfológicos y de comportamiento. Algunos signos claros incluyen:
- Tallos horizontales que se extienden a lo largo del suelo o de un soporte.
- Raíces en los nudos de los tallos, que eventualmente forman nuevas plantas.
- Propagación vegetativa rápida, sin necesidad de semillas.
- Crecimiento denso que cubre el suelo de manera uniforme.
- Resistencia al pisoteo y a condiciones adversas como sequías o cambios de temperatura.
También es útil observar cómo se comporta la planta en condiciones naturales. Las plantas arbotantes tienden a colonizar espacios de forma eficiente y a formar redes de raíces que les permiten sobrevivir en condiciones desfavorables. Esta característica las hace ideales para paisajes que requieren poco mantenimiento y una cubierta vegetal estable.
Cómo usar el crecimiento arbotante en jardinería y paisajismo
El crecimiento arbotante puede aprovecharse de múltiples maneras en jardinería y paisajismo. Una de las aplicaciones más comunes es como cubierta vegetal para suelos, ya que su capacidad de extensión garantiza una cubierta densa y uniforme. También se pueden utilizar como plantas de borde, para delimitar caminos o zonas de jardín.
Otra aplicación es el uso de plantas arbotantes como estabilizadoras de suelos, especialmente en zonas con pendientes o con suelos frágiles. Su red de raíces ayuda a prevenir la erosión y a mantener la cohesión del terreno. Además, en paisajes urbanos, ciertas especies se utilizan como plantas de sombra natural, ya que su crecimiento horizontal permite la formación de áreas de sombra sin necesidad de árboles altos.
En proyectos de paisajismo sostenible, se prefieren plantas con crecimiento arbotante por su bajo mantenimiento y su capacidad de adaptarse a diferentes condiciones. Algunas especies también se usan para la creación de jardines secos o para jardines de bajo consumo de agua, ya que su estructura permite una mejor retención de humedad.
Cómo cultivar plantas con crecimiento arbotante
Cultivar plantas con crecimiento arbotante puede ser muy sencillo si se siguen los pasos adecuados. A continuación, se presentan los pasos básicos:
- Elija la especie adecuada según el clima y el tipo de suelo.
- Preparar el terreno eliminando maleza y asegurando drenaje adecuado.
- Siembra o trasplante de estolones o rizomas en puntos estratégicos.
- Riego regular durante las primeras semanas para establecer la planta.
- Cortar o podar los tallos que se extienden demasiado para mantener el control del crecimiento.
- Monitorear el desarrollo y controlar posibles invasiones o maleza.
Es importante tener en cuenta que algunas especies con crecimiento arbotante pueden ser invasoras si no se controlan adecuadamente. Por eso, es recomendable elegir variedades que sean manejables y que no se propaguen de manera excesiva. Además, el uso de contenedores o bordes físicos puede ayudar a mantener el crecimiento dentro de los límites deseados.
Cómo controlar el crecimiento arbotante en espacios pequeños
En espacios reducidos, como balcones o terrazas urbanas, el crecimiento arbotante puede ser una ventaja si se maneja correctamente. Para evitar que las plantas se extiendan más allá de lo deseado, se pueden usar técnicas como:
- Uso de macetas o contenedores para limitar la expansión.
- Podas regulares para controlar el desarrollo de los tallos.
- Barandillas o bordes físicos que guíen el crecimiento en direcciones específicas.
- Elección de variedades menos invasoras que no se propaguen de manera agresiva.
También es útil elegir especies que tengan un crecimiento más lento o que se adapten mejor a espacios reducidos. En estos casos, las plantas con rizomas son más fáciles de controlar que las que se propagan por estolones, ya que su crecimiento subterráneo puede gestionarse con más facilidad. Con estas técnicas, es posible aprovechar el crecimiento arbotante de manera eficiente y estética, incluso en áreas pequeñas.
Daniel es un redactor de contenidos que se especializa en reseñas de productos. Desde electrodomésticos de cocina hasta equipos de campamento, realiza pruebas exhaustivas para dar veredictos honestos y prácticos.
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